Trampas del Tiempo
Sentada de cunclillas a lado de la cama ella lo miró largamente, le recorrió el cuerpo desnudo de la cabeza a los pies, como estudiándole las pecas y los poros y dijo: "Lo único que te cambiaría seria el domicilio".
Y desde entonces vivieron juntos, fueron juntos, se divertían peleando por el periódico a la hora del desayuno y cocinaban inventando y dormían anudados...
...ahora éste hombre mutilado de ella, quisiera recordarla como era.
Como era cualquiera de las mujeres que ella era, cada una con su propia gracia y poderío, porque esa mujer tenía la asombrosa costumbre de nacer con frecuencia.
Pero no, la memoria se niega, la memoria no quiere devolverme más que ese cuerpo helado donde ella no estaba, ese cuerpo vacío de las muchas mujeres que fue.
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