Tren de Media Noche

#1


Me entretengo cuando llueve, siempre estoy viendo la ventana y los charcos en el suelo, viendo cada gota que viene a morir al pavimento o a la tierra,  es una forma de ver las cosas.
Estás muy alto en una nube y vienes directo al suelo a morir, a explotar, si lo viéramos de cerca se escucharía muy fuerte y se vería muy lento, luego repites el proceso y caes de nuevo, las gotas tienen una vida bastante interesante, suben y caen en diferentes lugares, no siempre son la mismas pero tienen parte de ellas siempre.
Sí, siempre que veo la lluvia pienso demasiado, a veces simplemente quisiera que la lluvia me inundara y me ahogara, lo he soñado. No puedo entenderlo. Al menos eso creí hasta aquella vez que tomé el tren de media noche...

Es curioso que toda mi vida he vivido acá en este pueblo y nunca lo había tomado a esta hora, es decir, ni si quiera me imaginaba que
pasaba de noche, si tiene horario, si tiene conductor o algo así... entraba y no sabía nada más que bajarme otra vez.

Recuerdo bien eso, porque marco mi vida, las cosas cambiaron o solamente, ya habían cambiado pero no me di cuenta hasta ese momento que me subí al tren sin ningún rumbo, recuerdo que estaba enojado y deprimido, había tomado un par de pastillas, tome mi chaqueta para la lluvia, mi celular y los audífonos.

Llovía bastante y parecía que no fuera a parar, yo me limitaba a mirar la lluvia y las gotas en el cristal del tren mientras pasaba canciones.
Pasé al rededor de media hora así, no recordaba que había pasado, me sentía diferente, en las estaciones bajaba y subía gente, pero muy poca, pasado un rato vi que una mujer se había sentado al otro lado de mí, en el momento solo vi su reflejo en la ventana y la ignoré.
Yo no tenía intención de hablar; al momento recordé que pasó y que me tenía así, recordé todo mientras pasábamos dentro de otro túnel, volví a ver el reflejo que dejaba ella pero ya no estaba de frente, ahora estaba a mi lado, y antes que pudiera reaccionar, me preguntó qué me pasaba.
Yo le contesté de la manera más normal posible, que solo quería salir y subirme al tren de noche a lo que rápidamente ella replicó, un poco exaltada que ella hacía exactamente lo mismo, que se subía al tren en la noche solo para ver el pueblo y recordar.
Aunque trataba, yo no lograba distinguir bien quien era esa mujer, sentía que la recordaba, ella llevaba puesta una chaqueta negra, una bufanda gris, jeans azules y zapatos blancos. Mientras tanto allá afuera no parecía que fuera a dejar de llover...
La conversación fue mejor de que podrías esperar con alguien a quien acabas de encontrar, de pronto salimos del túnel y también dejamos de hablar por un momento y no pude evitar volver mi mirada hacia la ventana, entre tanta oscuridad y lluvia, un relampago hizo que todo se viera más claro y noté que ya estábamos a punto de entrar al túnel donde las luces que lo iluminaban eran rojas o más bien color ocre.
Sin medida recordé el miedo que le tenía desde que era pequeño.

Ella comenzó a hablar de nuevo, de como había llegado a la situación en la que se encontraba, entrando al tren de media noche sin razón, decía que antes lo hacía más seguido con su novio, pero que este se había marchado, decía que solían viajar en el tren solo para sentarse y hablar, ver el paisaje y a veces dormir compartiendo sus audífonos. Me parecía extraño y entretenido que sin darme cuenta, a medida que avanzaba el tiempo dentro del tren,  empezé a sentirme extraño, como si me borrara o me drenara, a todo esto ella no paraba de decir que era lo mejor del mundo estar con su novio, por un momento pensó que era para siempre, pero no lo fue y sin mostrar ninguna emoción aceptó que ella lo había abandonado por alguien más, y esa otra persona la dejó a ella igual, decía que solo se aprovechó de su situación para usarla y luego la hizo a un lado.
De pronto las luces se tornaron ocres y comencé a recordar cosas, mi mirada fija en la ventana , el tren se adentraba y entre luces ocres y algunas amarillas de precaución o salidas de emergencia yo recordaba que era lo que yo estaba haciendo en ese tren, ya sabía porque había salido tan tarde y aunque recordaba mucho aun me faltaba algo, que me erizaba la piel y que no entendía aun...

...ella estaba con su rostro agachado como queriendo encontrar respuestas en el piso y sin mediar palabras me acerqué a ella y le dije que seguramente algún día la vería mejor, sabiendo que alguien la estaría esperando cuando bajara del tren.
Le conté mi parte, porque estuve ahí
y le dije que su historia se parecía a la mía, era extraño pero no del todo, a todo el mundo le pasan cosas similares o eso dicen, empezé a sentir algo en mi estómago, no sé que era pero ya lo había sentido antes, un sentimiento viejo.
La miré y de pronto lo supe, le dije todo y me puse a llorar, ella también lloro, le dije lo arrepentido que estaba de todas las cosas que pasaron, que no quería acabar así y que no quería nada malo para ella, aunque no sabía de ella desde hace mucho. 
Cuando salimos del túnel y esas luces color sangre con lluvia, busqué la ventana de nuevo y podía ver a una niña con una bicicleta, me parecía raro a esta hora y con el clima pero pensé que quizás estaba con alguien más.
De pronto el sonido del comunicador anunció que estábamos apunto de llegar a la parada principal, era una antes de donde yo lo había tomado, no me di cuenta cuanto tiempo pasó pero el tiempo parecía no moverse, sé que es relativo, pero en ese momento solo no existía.
Yo decidí hablar una última vez  con ella y le dije que la amaba, que no quería perderla pero que así tuvo que ser, yo sabía quien era ella y ella quien fui yo y llore más y fue cuando pude recordar todo completamente ya sabía que era el final.

Antes de que se bajara me preguntó si me volvería a ver acá y le dije que sí, que algún otro día coincidiríamos en el mismo tren a la misma hora, que yo sabía que ella siempre venía acá, esperando verme y que nunca  pude regresar, nunca pude volver a verla, no tenía valor ni me sentía con animos de verla pero quería que esta no fuera la última vez y
antes de bajar del tren, me dijo que me quería y me miró como quien mira el nacimiento de una estrella.

¡Te amo, te extrañaré¡ -le dije
Te espero siempre acá...

El problema radicaba en mi parada, puesto que yo nunca me subí al tren de media noche, yo no me puse la chaqueta de lluvia ni tome mi celular con los audífonos.
El problema fue que nunca me desperté de ese sueño que me adjudiqué en las bancas del metro, donde esas pastillas acabaron con mi vida.

Pasa que mi alma quería verte una vez más antes de irme, sabía que era mi última oportunidad y también sabía finalmente lo que el tren de media noche me decía.

-Rolando Gutiérrez 

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