Parafraseando
Yo venía de una mala racha, estaba haciendo todo al revés y no tenía suerte con mis planes, tanto que nunca te noté hasta que alguien te mencionó.
-Ella me dijo que le gusta tu manera de vestir -dijo Juan queriendo atraer mi atención-.
-¿Que te dijo?
-Nada, simplemente enfatizó tu manera de vestir, sólo eso.
-Eso no quieres decir nada más Juan, pero gracias -dije con poco entusiasmo-.
A sabiendas que nada salía como quería, me dediqué a trabajar, no era ni soy el mejor en lo que hago, soy despistado pero por Dios ella se hacía notar aún sin quererlo, aún pidiendo a gritos con su actitud no hacerlo.
Recuerdo el primer encuentro luego de compartir halagos en Facebook.
-Hola qué tal, ¿todo bien? -dije con pena y miedo de ser omitido-.
-¡Hola! Muy bien ¿y tú?
-Por aquí saludandote. -le dije mientras sonreía de oreja a oreja-.
-¿Como te va?
-soltó un suspiro-. -Cansada por el trabajo y la universidad, pero bien gracias a Dios.
-Me alegra, bueno entonces si quieres hablamos después.
-Está bien. -Y sus ojos lanzaban mucha tristeza y cariño al mismo tiempo-.
Pasamos casi de la misma manera por varios días hasta poder tener una conversación coherente y bien fundamentada, donde ejercimos muchos puntos de vista y detecté a la verdadera persona que ella era. Hermosa indudablemente, la quería en mi vida pero eso no seria sencillo, me encontraba en una encrucijada, estaba compartiendo mi vida con alguien a quien ya no quería y no tenía el valor de enfrentar y terminar todo, tenía un amor muerto que mantenía entre besos y ella también estaba con alguien a quien ya no quería en su vida y quién sabe por qué razón aún lo mantenía en su día a día, desconozco la mayor cantidad de su relación con ese tipo, y aunque ella no era mi primera opción, con el tiempo y el cariño insistente que me da fue convirtiéndose no en la primera opción sino en la única.
Meses después...
-Tú no sabes cuánto te quiero.
-Ni tú sabes cuanto yo te quiero a ti. -le mencionaba mientras sonreía-.
-Quién diría que estaríamos así de juntos.
-Mientras acariciaba mi rostro me dijo: Yo sabía que ibas a quererme.
Yo la miré atentamente preguntándome cómo era posible que supiera eso sin que hubiéramos estado tan juntos con anterioridad...
-¿Es en serio? -le dije con mirada incrédula e inaudita-.
Ella dijo: Sí, con la simpleza de la verdad.
Comencé a dudar de lo que sabía de ella y no mal interpreten mi pensamiento, lo que pasa es que no había encontrado a una persona en éste mundo tan segura de sus sentimientos, tanto como para predecir el cariño que alguien puede tomar sin saber casi nada de esa persona.
Y eso que me autodenominaba "Experimentado", vaya chiste que me contaba.
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